RICARDO III (UN SUEÑO) ERANDO GONZÁLEZ


Las INVITADAS del Rino


Ricardo III (Un sueño) de William Shakespeare.

“Yo nunca he hecho un Shakespeare”, “Todavía no hago un Shakespeare” o  “Éste es mi primer Shakespeare”, son frases que se escuchan con cierta frecuencia entre actores y actrices; “Hacer un Shakespeare” tiene siempre un significado especial para todo actor. Siempre. No hay nombre de mayores dimensiones en el teatro universal. Entonces… Shakespeare.
La puesta en escena de Ricardo III (un sueño), adaptación para un solo actor del célebre Ricardo III original de William Shakespeare, culminó un prolongado, laberíntico y accidentado proceso. El inicio lo dictó el maestro Ludwik Margules, quien le encomendó el primer monólogo del monstruo fascinante en uno de sus talleres de perfeccionamiento actoral, al actor Erando González. A partir de entonces el actor se dedicó a indagar y trabajar sobre estos materiales desde la perspectiva de un actor que piensa, imagina, ensaya y construye a un Ricardo que, a su vez, piensa, imagina, ensaya y construye su propia tragedia; “deliran a dúo”, pues. En palabras del propio Erando González “Ricardo III (Un sueño) es el resultado de la semilla de Margules, a quien dedico este trabajo, este prolongado, laberíntico, accidentado tránsito que comenzó hace ya varios años”
El espectáculo que se nos presenta no se trata de poner a un Ricardo que, así de pata coja y con la mano encogida, “le hace” al Clarence y al Rey Eduardo, a Lady Ann y a la Reina, o a los asesinos y los cortesanos (resto de los personajes que componen la tragedia de Shakespeare), sino de ser el actor que entra a un foro desnudo de telones y cortinas (donde están también los espectadores) y, muy en corto, juega con las tres o cuatro cosas que trajo y con otras que dizque se encuentra “por ahí”; corta, consulta el libreto y regresa para plantear cada situación en diálogo con los objetos, a veces con el propio público; en fin, una experiencia riquísima (rica actoralmente y muy, muy placentera de atisbar). 
Para el actor (y para el espectador que lo observa) la ficción Shakespereana ofrece un regalo que raramente puede uno darse: matar al hermano, calumniar a la madre, eliminar opositores (“¡Que rueden sus cabezas!”), derramar perfidia (“Males secretos siembro en todas partes / y los cargo a la cuenta de algún otro”). Ponerse en cada caso la hipócrita careta conveniente (“revisto de piedad mi villanía / con harapos robados a la Biblia”), Hacerse adular y adularse uno mismo. Hacerse coronar por falsa aclamación, manchar el trono, mandar que se asesine a los sobrinos (“¡A esos bastardos quiero muertos!”); hacer recuento de traición y sangre y entrar en una cínica anagnórisis (“¡Madre! / maldito vientre tuyo, río de muerte. / Por la hendidura de tu sexo echaste / este infernal mastín que caza y mata / … implacable tirano de la tierra / que en ella manda, rige, ordena, impera / deshacedor de lo que Dios hiciera”); llamar a las armas (“Hoy no habrá más conciencia que las armas”), entrar en combate (“Su rey obra prodigios sobrehumanos / y se atreve a enfrentar todo peligro…”), ver cómo se aproxima el propio fin, el único posible, ya sabido (“Perdió el caballo, está luchando a pie… ¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino entero doy por un caballo!”). 







Las INVITADAS Del Rino:
Erando González (D.F.)
Ricardo III (Un sueño) de William Shakespeare
Unipersonal, adaptación y versión en verso al español de Erando González

ÚNICAS FUNCIONES: 
Viernes 30; 20:00 hrs. Sábado 31; 19:00 hrs. MARZO 2012
TEATRO EL RINOCERONTE ENAMORADO 
(Carlos Tovar #315, Zona Centro.)
Entrada General: $70.00; Maestros, estudiantes e INAPAM: $35.00; 
Vecinos del Teatro: $25.00






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