CONFESION



No sé que decir, los dos aferrados a un sueño onírico, un sueño perfecto, a sentimientos falsos que expresábamos; más lo que pasó entre nosotros, nadie más lo podrá vivir, tan sólo en sueños lo podrá imaginar.

No hay de que agradecer, te conocí sin miedo, sin mascaras que cubrieran mi rostro y aprisionaran mi corazón. Yo debería agradecer; espero que alivies tu dolor para que seas esa niña tierna y dulce que vi en tus ojos, esa mirada que quema y alimenta por dentro.

Siempre que me busques ahí estaré con una sonrisa; más me quedara la duda del que abra sido de las cosas, te hubiera conocido en otro lugar, en otro tiempo; la incógnita del haber compartido parte de esta vida con tigo.

Me despido…, perdona mi terquedad y si te hice sentir mal en algún momento, cuídate mucho y pórtate bien.


Me despido con un beso tierno en tu mejilla. Adiós…

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